Y quiero…
Lucho…
Lucho contra mí.
Lloro sobre mis páginas imperfectas, pero quienes vengan
mañana, si las leen, sentirán más con mi llanto de lo que sentirán con la
perfección, si yo pudiera conseguirla, porque me privaría de llorar y por ello
incluso de escribir. El que es perfecto no se manifiesta. El santo llora, y es
humano. Dios está callado. Por eso podemos amar al santo, pero no podemos amar
a Dios.
El libro del desasosiego, Fernando Pessoa
Todos los días, de todo el tiempo pienso en ti. Y busco quedarme callado. Y que el mismo silencio me trague y me olvide, pero al final del día
en la madrugada, una canción me destruye. Me quiebro y me tiro al suelo. Como
un maldito imbécil me dejo caer intentando sacudirme de la
muerte. Y entre los últimos momentos de mi vida; te veo a ti,
sólo a ti. Y lloro como un loco no por mi muerte, si no por mi vida sin ti.
Al final lo que
quiero es volverte a ver, decirte un par cosas, importantes para mí. Que para
cuando termine de hablar habré desaparecido.
Necesito un poco más, sólo un poco.
Es muy sencillo lo que pido.
Sólo pido eso.
Lo que pido es:
Que de tus ojos, de tu boca, de tu vida, de tu alma, de tus labios, me digas:
No te amo.
Eres libre. (Y si te lo permites me digas: me disculpo por todo el daño)
No pido más, sólo eso.
Te olvidas de mí…
Y yo… prometo no más…
Sólo así descansare.
En la madrugada del 9 de febrero del 2013.
P.D. Es enserio, necesito que hagas esto por mí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario