sábado, 26 de enero de 2013


Hay tiempos en los que uno se  enoja, se desanima, se decepciona, se cae, se rinde, pero debajo de todo esto siempre hay algo que nos mantiene de pie y no es un capricho ni la vanidad de seguir vivo, es ese algo que a pesar de desvariar, de los golpes, de las heridas, sigue vivo… porque bueno así es la vida a veces simplemente uno se cansa y es necesario recostarse, dejar todo aún lado, reflexionar, pensar, proyectar los pensamientos al universo y mirarse al espejo, entender que no todos caminamos igual, ni por el mismo camino, pero es justo ahí donde yace la riqueza de ese algo  que nos hace seguir de pie.  

Sabemos, sabes y sé, que hoy no nos volveremos a ver más, por qué, porque así tenía que ser, tu madurez y la mía, son diferentes…  y yo desde mi perspectiva decidí respetar tu forma de pensar aunque no estuviera de acuerdo, aunque no lo estoy y al no estar de acuerdo ni uno de los dos la carga se vuelve pesada, claro que esto no implica que ya no siga pensando en ti. Sé que no fui lo suficientemente amable para decírtelo, pero así soy.

Si lees esto o no, bueno en realidad no sé si importe que lo leas, pero la trascendencia radica  en que algún día nos volveremos a encontrar. Cuando llegue ese día tal vez me equivoque  o tal vez no, pero  todo volverá a su lugar.

Hay tiempos en los que uno se alivia, olvida, se resigna dignamente, pero debajo de todo esto siempre hay algo que nos mantiene de pie y no es un capricho ni la vanidad ni mucho menos las ganas de seguir vivo, son las esperanzas  que mantienen vivo ese algo, ese fuego que día a día, noche a noche alumbra los sueños, el camino, cada paso. Porque bueno así es la vida a veces uno simplemente no sabe por qué seguimos, seguimos y seguimos  hacia adelante, volteando la mirada de vez en cuando hacia atrás, atragantándose con la saliva, disimulando en un suspiro el devenir de todos esos recuerdos que se quedan por un momento atrapados en los ojos llorosos , contestando a quien nos acompaña en nuestro andar con un triste – no es nada, sólo es un basurita –      

Y poco a poco…  delicadamente resistimos.

Esperemos que la ternura nos vuelque el corazón, para discretamente pronunciar el nombre de ese algo que nos hace franquear cada vez que pensamos en nosotros.  Es decir, cuando pienso en ti o tú piensas en mí,  inconscientemente nuestros labios dicen: Amor.    

Y cuando sea tiempo, que la vida nos vuelva reunir. Mientras cada quien seguirá por su camino. De mi parte  de vez en cuando dejare escapar un suspiro con un “no te olvido, te amo” escrito o susurrado. No te extraño porque decir te extraño sería mentirte, sólo se extraña a quien se va olvidando poco a poco, a quien se deja de amar.

 

Sin más por el momento.

Te amo.

P.D. Queda la maravillosa Luna como testigo de esta carta que espero hayas leído.

 

En la Noche del 26 Enero 2013