viernes, 8 de febrero de 2013

Y quiero…
Lucho
Lucho contra mí.
 

 
Lloro sobre mis páginas imperfectas, pero quienes vengan mañana, si las leen, sentirán más con mi llanto de lo que sentirán con la perfección, si yo pudiera conseguirla, porque me privaría de llorar y por ello incluso de escribir. El que es perfecto no se manifiesta. El santo llora, y es humano. Dios está callado. Por eso podemos amar al santo, pero no podemos amar a Dios.
 
El libro del desasosiego, Fernando Pessoa
 
 
 
Todos los días, de todo el tiempo  pienso en ti. Y busco quedarme callado. Y que el mismo silencio me trague y me olvide, pero al final del día en la madrugada, una canción me destruye. Me quiebro y me tiro al suelo. Como un maldito imbécil me dejo caer intentando sacudirme de la muerte.  Y entre los  últimos momentos de mi vida; te veo a ti, sólo a ti. Y lloro como un loco no por mi muerte, si no por mi vida sin ti.
Al final lo  que quiero es volverte a ver, decirte un par cosas, importantes para mí. Que para cuando termine de hablar habré desaparecido.  
Necesito un poco más, sólo un poco.
Es muy sencillo lo que pido.
Sólo pido eso.
Lo que pido es:
Que de tus ojos, de tu boca, de tu vida, de tu alma,  de tus labios, me digas:
No te amo.
Eres libre. (Y si te lo permites  me digas: me disculpo por todo el daño)
No pido más, sólo eso.
Después...

Te olvidas de mí…
Y yo…  prometo no más…
 
Sólo así descansare.
 
En la madrugada del 9 de febrero del 2013.
P.D. Es enserio, necesito que hagas esto por mí… 
 P.D. Por favor.
 
 





 

martes, 5 de febrero de 2013


Porque después de todo, las madrugadas me alcanzan todos los días, mis sueños se disipan y van tomando forma de nada, y yo sigo pensando en ti. Como si yo no tuviera otra cosa que hacer y no la tengo, me pongo a escribir.

Escribir poemas y cartas no tratando de justificarme, si no tratando de quemarme en mis palabras.

A veces un poco triste, otras tantas desvelado, otras cuantas algo borracho, y muy pocas sobrio.

Pero a pesar del cansancio que siento de la vida, de mi vida, pienso en ti, no como un recuerdo lejano o un imposible, si no en ti, como la vida que dejo ir entre mi pereza, mis borracheras… 

Te confieso que me esfuerzo, pero hay algo que está mal en mí y no puedo seguir, lo intento. Las cosas no me salen o más bien el poco esfuerzo que hago lo desperdicio haciendo que las cosas no me salgan.

Enserio que lo que más deseo es estar a tu lado, pero mis huesos rotos no soportan el peso de tu carácter, tu actitud, tus desaires, de mi orgullo, de mi tristeza.

Sabes que tú siempre serás el amor… ese amor por el que no hago nada, porque sabes que no hay nada que hacer. Trate, lo intente, creí darte todo. No fue así. Ahora pienso y no, no me arrepiento. Claro que me duele, pero sigo amándote.

Si me preguntaras para qué escribo esto que tal vez nunca leas, te contestaría que lo hago para seguir vivo.

Vivo en tu vida, en tus recuerdos, tus pensamientos, tus latidos, tus suspiros, en ti.

También para aliviar las cosas malas que sientes por mí.

Porque después de todo quién soy yo para juzgarte por algo que no sientes, por tus decisiones, es tu vida y sé que la defiendes como te enseñaron. 

Pues por el momento es todo.

Estoy cansado, sigo cansado y no sé qué hacer para salir de este letargo, en fin como ya mencione antes, escribir me mantiene vivo.

 

Escribo por ti y para ti. Por ti sigo vivo. Para ti mi vida.

Te amo.

En la fría madrugada del 5 de Febrero del 2013.

P.d. Mis brazos, mis manos, mis dedos son testigos del gran esfuerzo que hago todas las noches por seguir vivo.