domingo, 22 de febrero de 2009

Un tesoro escondido en el fondo del mar
La locura descuartizada por la razón
Los pasos que doy cada vez son más lentos
La triste noche invita a mi vida a descansar
En un pedazo de fría madrugada.

Al pasar de los años
Del tiempo
Guardo mi aliento
De vez en cuando suspiro
Un cigarro y el humo al viento
A la nada
Se escapa
Se va
Silbo
Para que entre la niebla
Puedas hallarme.

La música
Entre la gente
Sólo una canción es la que dos personas
Casualmente van escuchando
Entre tanta inmensidad.

La vida
¿Qué es la vida?
Si uno observa la ciudad
Desde algún balcón
De un alto edificio en cualquier sitio
Sólo se ven pequeñas luces parpadeantes
Que siempre regresan al mismo lugar.

Sonrisas
Es raro escucharte reír.

Me pregunto
Si aún existen en el mundo personas
Que al amanecer
Antes de cualquier cosa
Despiertan
Y sonríen.

Tal vez ahora
Más que nunca
Necesite sonreír
Mirarme al espejo
E ir corriendo a tu casa
Para decirte que tú eres el amor
Mi amor.

Que las heridas
A lo lejos
Entre la mar y un pedazo de roca
Dejan de doler
Al chocar y convertirse en sólo espuma.

Y entre el espacio que queda
Entre noche y madrugada
Nos hundimos en un gran misterio
En un sueño que mantiene en secreto
Eso que siempre hemos sido.

El mañana es aquel tapete que estornuda
Cada vez que nos paramos sobre el
El pasado es aquella cortina
Que cada noche
Nos sirve para cubrir la ventana
De las miradas de la luna y las estrellas
El presente es lo que se lee en estas líneas.

Suspirar
Antes de cada sueño
Es alentador
Ya que este evoca aquella esperanza
Que perdemos todos lo días
En algún vagón del metro.

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